Prevención ante la pérdida auditiva en el entorno de trabajo

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Prevención ante la pérdida auditiva en el entorno de trabajo

La exposición a ruido constante y elevado durante la jornada laboral, en mayor o menor medida, puede acarrear problemas de salud en los trabajadores si estos no se encuentran correctamente protegidos ante estas situaciones. La hipoacusia es uno de los resultados más comunes entre quienes desarrollan actividades de alto impacto sonoro por espacio de tiempo prolongado. Ésta conlleva una disminución considerable de la capacidad auditiva, también conocida popularmente como pérdida auditiva.

Los factores que multiplican los riesgos de padecerla son, entre otros, la edad, especialmente en personas mayores a 60 años, condiciones genéticas, lesiones auditivas previas o anomalías y enfermedades congénitas, malformaciones en la estructura del oído que, en el desarrollo normal de la vida pueden pasar totalmente desapercibidas. Todas ellas, junto a la exposición a fuertes ruidos, pueden generar desde la pérdida paulatina del sentido del oído hasta la exterminación de éste de forma radical, en el peor de los casos.

Expertos sanitarios aseguran que recibir de forma constante impacto sonoro superior a 80 decibelios de forma prolongada comprende un alto riesgo de hipoacusia, aunque difiere con respecto a la Organización Mundial de la Salud, que marca el límite en 55 decibelios para evitar problemas a largo plazo. Todas aquellas empresas relacionadas con sectores o actividades cuyo ruido, derivado de las acciones acometidas o, incluso, aquellos que se desprenden la propia maquinaria imprescindible para llevar a cabo la producción, deben contar con un plan de seguridad que evite este impacto negativo en sus trabajadores.

Entre las características destacables en un plan de seguridad y prevención de la pérdida auditiva se pueden incluir la utilización de dispositivos de protección auditiva, como tapones para los oídos o auriculares especiales de cancelación de ruido. Existen multitud de opciones, aunque una correcta elección centraría la búsqueda en aquellos elementos compuestos por espuma absorbente en las almohadillas y de material moldeable, que se adapte perfectamente a la forma personalizada de cada trabajador. Controlar el ruido proyectado en el entorno laboral es, sin duda, otra de las grandes alternativas para reducir la exposición a este contaminante acústico tan peligroso. Aunque en multitud de ocasiones esto es imposible de conseguir debido a las necesidades de la producción, siempre se pueden realizar evaluaciones periódicas que determinen los niveles de exposición y las medidas de prevención a tomar en cada caso. Los empleados, de forma personal, pueden ejecutar distintas acciones para asegurar la integridad de su capacidad auditiva como, por ejemplo, mantener secos los oídos después de la actividad o al terminar la ducha diaria.

Las industrias más afectadas por estas situaciones de pérdida auditiva y que, por lo tanto, más énfasis deben colocar sobre la prevención de sus empleados son la construcción, especialmente en aquellos procesos donde se utiliza maquinaria pesada, la industria manufacturera, metalúrgica o la minería. Los trabajadores que desarrollen su actividad en aeropuertos o estaciones de tren, entre otros, pueden estar expuestos a altos niveles de ruido provenientes de motores o vehículos, por lo que tendrán que adaptar sus circunstancias manteniendo su salud auditiva en niveles seguros.

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