Limpieza periódica de la maquinaria industrial

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Realizar un correcto mantenimiento periódico de la maquinaria empleada en la industria es imprescindible para alargar la vida útil de los distintos elementos que la conforman. Limpiar estos grandes aparatos puede resultar tedioso en ocasiones, aunque el resultado mejorará el proceso productivo y evitará inversiones que comprometan la estabilidad económica de muchas empresas en años posteriores.

La frecuencia viene determinada por el fabricante, aunque cada caso puede ser distinto, especialmente en aquellos equipos que sufran una alta demanda de trabajo o una utilización por encima de lo recomendado. De esta forma, una correcta limpieza devolverá potencia y capacidades a partes iguales. La planificación empresarial debe prever y programar el plazo en el que cada herramienta debe ser revisada y optimizada mediante un proceso de depuración, evitando la acumulación de residuos que deriven en un uso negligente de las mismas aumentando indiscriminadamente el riesgo de contaminación.

Uno de los componentes más utilizados para estos procesos de recuperación son los desengrasantes industriales. Similares a los que se emplearían para la limpieza tradicional de una vivienda, por ejemplo, aunque adaptados a cada situación, estos deben ser específicos para la maquinaria a tratar, teniendo en cuenta las características, no solo en la cantidad de suciedad a remover sino, también, los componentes o el material de la superficie a tratar. Así, los desengrasantes se pueden catalogar en cinco grandes grupos:

 

  • Desengrasantes alcalinos: contienen una base fuerte y se emplean, mayoritariamente, para eliminar la grasa y el aceite existente en las superficies de metal, como motores, engranajes, cadenas o cocinas y hornos industriales.
  • Desengrasantes solventes: estos disuelven la grasa y se emplean sobre espacios de plástico o vidrio. Son altamente utilizados en la industria de la automoción o en equipos de construcción.
  • Desengrasantes biodegradables: no contienen químicos tóxicos y son seguros para el medio ambiente. Su utilización se centra en la industria alimentaria y entornos donde se requiere una limpieza rigurosa y segura para el equipo de trabajo.
  • Desengrasantes en espuma: especialmente concebidos para limpiar superficies verticales como paredes y techos. Su composición favorece la erradicación de la suciedad en lugares de difícil acceso.
  • Desengrasantes en gel: como los anteriores, se emplean en superficies verticales y su composición y densidad los hacen idóneos para espacios pequeños donde la limpieza se convierte en un problema.

 

En la industria se utilizan, en mayor proporción, los desengrasantes alcalinos. Su base fuerte reacciona con los ácidos grasos generando la saponificación (transformación en jabón al contacto con la sosa), convirtiendo a estos en solubles al agua y facilitando su eliminación. Sin embargo, la incorrecta utilización de estos componentes puede corroer algunas superficies metálicas, por lo que se han de emplear siempre según las recomendaciones de los fabricantes. El proceso de limpieza se ha de desarrollar teniendo en cuenta las medidas de seguridad necesarias, protegiendo las partes del cuerpo que puedan quedar expuestas y evitando la inhalación de vapores y humos derivados de su aplicación.

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