La arena es un material natural compuesto por partículas minerales y rocas finamente molidas. Es uno de los recursos más abundantes y utilizados, tanto para fines naturales como artificiales. Sin embargo, su extracción y consumo no están exentos de problemas ambientales, sociales y económicos. La arena se emplea en un amplio espectro de industrias, como la construcción, el vidrio, el transporte, la electrónica, la aeronáutica o la energía. Según cifras oficiales, se usan unos 50.000 millones de toneladas de arena al año, lo que equivale a construir un muro de 27 metros de ancho y 27 metros de alto alrededor del planeta entero.
La construcción es el sector que más consume, ya que representa el 95% de la demanda mundial, donde se utiliza como material estructural para la elaboración de hormigón, cemento, mortero, asfalto y ladrillos, entre otros. También se emplea como relleno, aislamiento y decoración en las obras. Para construir una vivienda se necesitan aproximadamente 200 toneladas, mientras que las grandes edificaciones conllevan más de 3.000 y las autopistas rondan las 30.000. Los expertos prevén que esta demanda se dispare en las próximas décadas. Sin embargo, la arena no es un recurso ilimitado ni renovable. Su formación natural requiere miles de años de erosión y sedimentación de las rocas.
El vidrio es otro de los productos industriales que más arena requiere, ya que representa el 80% de su composición. El vidrio se obtiene al fundir arena de sílice con otros componentes, como carbonato de sodio, caliza y dolomita, a altas temperaturas. El vidrio se utiliza para fabricar una gran variedad de objetos, como botellas, vasos, ventanas, espejos, pantallas, lámparas, fibra óptica, etc. Es un material muy versátil, ya que puede adoptar diferentes formas, colores y propiedades. El vidrio es también un material muy sostenible, ya que se puede reciclar indefinidamente sin perder calidad ni cantidad. El reciclaje del vidrio supone un ahorro de energía, de materias primas y de emisiones de CO2. El 76% del vidrio consumido en España se recicla, lo que evita la extracción de 1,2 millones de toneladas de arena al año.
La arena del futuro Es necesario buscar soluciones innovadoras que permitan reducir la dependencia de la arena natural y aprovechar sus potencialidades.
- La manufacturada: Se trata de un tipo de arena artificial que se produce a partir de la trituración y el lavado de rocas, residuos de construcción o de minería.
- La manufacturada tiene la ventaja de ser más homogénea, de mejor calidad y de menor impacto ambiental que la arena natural.
- La inteligente: Se trata de un tipo de arena que se puede programar para que cambie de forma y color con la luz. Esta arena se compone de nanotubos de carbono y polímeros, y se puede controlar mediante un láser.
- La inteligente tiene aplicaciones potenciales en la robótica, la medicina y la seguridad.
- La magnética: Se trata de un tipo de arena que se puede manipular con imanes. Esta arena se compone de partículas de hierro recubiertas de una capa de sílice. La arena magnética tiene aplicaciones potenciales en la educación, el arte y la terapia.