El grafeno es un material poco conocido hasta la fecha. Su utilización está siendo motivo de estudios en diversos ámbitos profesionales para adaptar sus condiciones excepcionales a las necesidades de las empresas industriales. Está compuesto por una sola capa de átomos de carbono, dispuestos en una estructura hexagonal bidimensional y su resistencia multiplica hasta 200 veces la del acero actual. Esta característica lo convierte en uno de los objetivos prioritarios en la fabricación y desarrollo de herramientas y maquinaria para su utilización en los diversos sectores industriales. Así, el grafeno se emplea, mayoritariamente, para la fabricación de componentes electrónicos avanzados, gracias a su excelente conductividad eléctrica, mejorando sustancialmente la velocidad y eficiencia de los dispositivos electrónicos.
Su alta resistencia lo convierte en un material ideal para aplicaciones de blindaje, como protección contra la radiación, entre otras. La industria automovilística conoce bien sus propiedades, ya que se utiliza en la fabricación de baterías más ligeras y de mayor capacidad, lo que supone un aumento de la autonomía de los vehículos eléctricos, que verán mejoradas sus características en la próxima década gracias a éste. Sus motores también emplean este supermaterial en la mejora de lubricantes y materiales compuestos para alargar la vida de estas piezas esenciales y sus componentes.
El sector energético es uno de los principales beneficiados de su desarrollo. Se utiliza en la fabricación de celdas fotovoltaicas para paneles solares más económicos y de mayor capacidad y eficiencia. Su alta conductividad eléctrica mejora la conversión de energía solar en electricidad, lo que beneficia aquellas instalaciones que cuentan con estos sistemas integrados en sus tejados y fachadas. La red eléctrica tiene un gran aliado puesto que su capacidad de transmisión y su alta sensibilidad detecta mínimos cambios en la calidad de la energía, estabilizándola y creando una red mucho más confiable.
En la construcción, la utilización de este material se ha aplicado, con éxito, en el desarrollo de un hormigón reforzado, más resistente y duradero y ha reducido la dependencia y la demanda de cemento, disminuyendo, de esta manera, la huella de carbono en estas estructuras. Una mayor resistencia y ligereza son la consecuencia de aplicar grafeno en la construcción y en la fabricación de materiales. Esto, a su vez, revolucionará la arquitectura, al permitir diseños más innovadores y sostenibles gracias a su versatilidad y sus capacidades.
El grafeno tiene múltiples cualidades y su uso se democratizará con el paso del tiempo, llegando a sectores tan dispares como la desalinización de agua o la fabricación de envases y embalajes debido a su flexibilidad y resistencia. Se encuentran en desarrollo diversos métodos para producir grafeno a escala industrial, mediante síntesis química (a partir de materiales de carbono) o la transformación de desechos en cuestión de segundos. Todo esto, sin embargo, requiere de una extracción de materia prima como paso crucial en la fabricación de grafeno a gran escala, por lo que se continúan evaluando métodos eficientes para su obtención natural.
