Ejercicios físicos para prevenir lesiones en la industria

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Los trabajadores de la industria están expuestos a diversos riesgos que pueden afectar a su salud y a su rendimiento laboral. Entre estos riesgos se encuentran los trastornos musculoesqueléticos (TME), que son las enfermedades o accidentes laborales más comunes en la industria.

Los TME se producen por la exposición a factores como el sobreesfuerzo físico, los movimientos repetitivos, las posturas forzadas, el contacto con máquinas o sustancias peligrosas, o el estrés. Además, pueden causar lesiones en los músculos, los tendones, las articulaciones, los nervios o la columna vertebral, provocando dolor, inflamación, rigidez, limitación del movimiento o discapacidad.  Estas lesiones pueden tener consecuencias negativas tanto para el trabajador como para la empresa, tales como:

  • Pérdida de salud, calidad de vida y capacidad laboral del trabajador.
  • Costes económicos por indemnizaciones, sanciones, bajas, incapacidades, gastos sanitarios y daños materiales.
  • Deterioro de la relación empresa-trabajador, generando desconfianza, insatisfacción y desmotivación.
  • Problemas de gestión de recursos humanos, por la sustitución, la rotación o la falta de personal.
  • Disminución de la rentabilidad general de la empresa, por el descenso del rendimiento, la productividad, la calidad y la competitividad.
  • Incumplimiento de la normativa de seguridad y salud laboral, vulnerando el derecho de los trabajadores a un entorno sano y seguro.

Por todo ello, es fundamental que los trabajadores de la industria realicen ejercicios físicos en su tiempo libre para prevenir las lesiones o reducir sus efectos, consiguiendo, además, grandes beneficios:

  • Mejorar la salud de los trabajadores, evitando el sufrimiento, el deterioro y la pérdida de calidad de vida que suponen las lesiones.
  • Fortalecer los músculos, los tendones y las articulaciones, protegiéndolos de posibles daños o sobrecargas.
  • Mejorar la postura y la estabilidad, evitando las tensiones, las contracturas y los desequilibrios musculares.
  • Mejorar la circulación sanguínea y el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos, favoreciendo la regeneración y la cicatrización de las lesiones.
  • Mejorar el estado de ánimo, la autoestima y la confianza, reduciendo el estrés, la ansiedad y la depresión.

Ejercicios de calentamiento antes de las actividades físicas, así como estiramientos, son esenciales ante cualquier práctica deportiva. Las autoridades sanitarias recomiendan realizar ejercicios de fortalecimiento con cierta asiduidad, para aumentar la resistencia y la potencia en los músculos. En cuanto a los ejercicios aeróbicos, caminar, correr, nadar, bailar o montar en bicicleta son algunos de los que están al alcance de todos, y mejoran la capacidad cardiovascular y respiratoria. En todo caso, los ejercicios físicos deben adaptarse a las características, las necesidades y los objetivos de cada trabajador, teniendo en cuenta su edad, su estado de salud, su nivel de forma física, su tipo de trabajo y sus preferencias personales.

Además de fomentar que los trabajadores realicen ejercicios físicos en su tiempo libre, la empresa podría proporcionarles este tipo de cuidados en el propio lugar de trabajo, como parte de su política de prevención de riesgos laborales, ofrecer programas de actividad física adaptados a las necesidades de cada trabajador, organizar actividades deportivas grupales o establecer incentivos y reconocimientos para aquellos que cumplan con los programas de actividad física o que destaquen por su rendimiento.

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