Alarga la vida útil de tus herramientas

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Alarga la vida útil de tus herramientas

Ya contamos con la caja de herramientas más adecuada a nuestras necesidades (enlace a la entrada correspondiente) y la productividad se ha visto incrementada gracias a ello. El material del que disponemos debe, además de ser acorde a los trabajos a realizar, mantenerse en un estado óptimo para que su función se pueda desarrollar sin contratiempos y la vida útil de cada elemento se alargue en lo posible, reduciendo la inversión en nueva herramienta o problemas derivados de la utilización de una herramienta en mal estado. De esta forma, y para conseguir que todas ellas presenten un aspecto impecable es imprescindible tener en cuenta cuál es el proceso de conservación en cada caso. Un buen estado será, con toda seguridad, la característica principal para conseguir un resultado perfecto. Pero, ¿cómo alargar la vida útil de tus herramientas?

Tan importante es su cuidado durante el empleo de éstas como a lo largo del tiempo en el que no se están utilizando. Según el espacio del que dispongamos, las herramientas deberán contar con la separación suficiente para que no se dañen unas con otras, aunque no siempre esto es posible. Colocaremos en el lugar más bajo las de mayor peso. De igual forma se hará con las más resistentes, dejando la parte alta para las frágiles o ligeras. Tras la utilización de una herramienta, especialmente aquellas que pueden estar en contacto con líquidos y humedades, el secado es parte fundamental. Se ha de secar con un trapo las zonas de difícil acceso tanto como sea posible, dado que su composición, mayoritariamente de metal, puede presentar oxidación con el paso del tiempo. Evita, siempre, conservar las herramientas en zonas húmedas o excesivamente frías, así como aquellas que generen condensación por cambios bruscos de temperatura. Aquellas cuyos bordes tengan dientes o partes afiladas pueden ser recubiertas por gomas que eviten roturas que la inutilicen o dificulten su utilización y deben ser afiladas con asiduidad.

Las herramientas eléctricas, por su parte, disponen en su empaquetado de las lecciones necesarias para un correcto mantenimiento, por lo que siempre es importante conservar las cajas o los folletos informativos que éstas contienen. Más allá de asegurar que el uso para el que se destinaron es, efectivamente, el que se le está dando al material (una incorrecta utilización puede provocar un mayor desgaste del aparato y, por lo tanto, un acortamiento considerable de su vida útil), la limpieza de todas sus partes al finalizar los trabajos va a ayudar a mantenerlas en perfectas condiciones. Retirar las impurezas que quedan en la máquina, así como el polvo generado por su uso evitará el sobrecalentamiento en futuras ocasiones. Puedes aplicar sobre las zonas más delicadas grasa o aceites elaborados específicamente para tal fin, promoviendo, así, una mejor salud en tu herramienta eléctrica. Para alargar la vida útil de tus herramientas, recuerda, además, comprobar el estado de todas estas antes de su uso, la superficie sobre la que se va a trabajar y los elementos de seguridad empleados para ello. La conjunción de medidas antes, durante y después de los trabajos a realizar aseguran un óptimo funcionamiento y una mayor capacidad para sacarle el mejor partido a tu juego de herramientas. 

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